Η ΙΣΤΟΡΙΑ







   Hace ahora 117 años y dos meses más o menos, el 23 de marzo de 1900, por fin el inglés Evans consigue comenzar sistemáticamente las excavaciones del montículo de Kefala donde el arqueólogo griego Minos Kalokairinos ya llevaba décadas anunciando que estaba el fabuloso y mítico palacio del rey Minos.
   Las dificultades técnicas y administrativas y la alargada sombra de Schiliemann habían estado y seguirían presentes en todo el proceso, pero también formaría parte de él la, digamos, romática imaginación del excavador principal.
    El resultado, sea como sea, maravilló al mundo y lo sigue maravillando. ¿La historia da la razón al mito?

En el otro extremo...

 Mientras hablamos de Cnosos y de las maravillas del mundo minoico, parecemos haber olvidado que el otro extremo del Mediterráneo, la tierra de las Hespérides, el occidente misterioso, también está poblado y no precisamente por tribus salvajes y dispersas.
  Ya hace mucho tiempo que se conoce la importancia y el alcance de las cultura argárica, pero no hace tanto que nos maravillamos por los descubrimientos arqueológicos hallados en nuestra propia región.
  De la excavación y, sobre todo de las "tumbas reales" de la Bastida en Totana (Murcia), ha dicho alguien que si hubieran sido descubiertas por Evans estaríamos hablando de un témeron, con trono y reyes coronados.
  De momento, dejemos a los arqueólogos trabajar, permitamos a nuestra imaginación volar y observemos cómo Minos y su palacio bien podrían haberse hablado de tú a tú con estas tierras lejanas:

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